"Acción y furia. Acción, furiosa acometida. ¡Qué verdad tuya, tan española, tan taurina, Pablo!Todo este siglo se mueve por ti. Lo moviste a toda hora, haciéndole crujir los huesos. Lo doblegaste, castigándolo, obligándole a bajar la cabeza como a un toro en el momento supremo de la corrida. Y tal vez lo mataste. O quizá lo dejaste ciego para que a tumbos pueda buscar mejor otras nuevas salidas." (LCDP, p. 241)
Entonces, el acercamiento pseudo-biográfico de Alberti sobre Picasso está teñido de la subjetividad producto de la admiración mutua entre ellos. Pero las palabras con que Rafael Alberti se refiere a su amigo son de una sensibilidad extrema y utiliza los símbolos intensos de una mitología tan española como universal.
...
Alberti, Rafael: Lo que canté y dije de Picasso. Barcelona: Bruguera, 1981. 250 pp.