miércoles, 19 de septiembre de 2007

LA ÚLTIMA CANCIÓN DE MANUEL SENDERO, de Ariel Dorfman

Se trata de una novela de largo aliento, o bien, de tres novelas que se entretejen en el intento de desovillar la dictadura chilena. Son tres historias: la de Manuel Sendero, la de su hijo y la de Felipe y David, que, a su vez, cuenta la historieta que escribió para una revista mejicana. Pero esta historia está comentada y anotada como si fuese un texto de 30000 años de antigüedad, encontrado en las ruinas de alguna ciudad. En fin, es esta multiplicidad de visiones lo que demuestra la complejidad del tema. Es quizás ese texto anotado el que encierre una visión utópica, y plantee una sociedad mejor. Aunque es poco sutil para realizar esta sugerencia.

El hijo de Manuel Sendero fue protagonista de dos rebeliones de fetos, que clamaban por un mundo mejor, negándose a nacer hasta que se restituya la igualdad, la democracia, y sea abolida la violencia constitucional. Esa es la historia principal, que transcurre dentro y fuera del vientre materno. Como no podía ser menos, yo no he dejado de pensar en lo que a mí respecta dentro de esta historia universal, que no es otra que la historia de la degradación humana. Creo firmemente en que el mal mayor de todo este proceso lo sufrirán nuestros hijos, y eso se refleja en los procesos políticos actuales, que gobiernan para un sector olvidando al resto. Pero no debemos olvidar que el resto somos la mayoría.